“La Teledermatología acorta los tiempos del diagnóstico, y eso impacta directamente en la calidad de vida del paciente y en todo el sistema de salud”
Dra. Adriana González F.
La Teledermatología es una subespecialidad de la Dermatología que utiliza herramientas digitales para realizar consultas y tratamientos relacionados con la piel.
Para entender los desafíos y beneficios así como también el presente y futuro de esta subespecialidad, conversamos con la Dra. Adriana González F., que es Medica Especialista en Medicina Interna y Dermatologia; Encargada de la Cátedra de Dermatología de la Universidad Nacional de Itapua; y Delegada Paraguaya del Colegio Iberoamericano de Dermatología.
¿Cuál es el estado de la Teledermatología en Paraguay?
Está en un estado incipiente. Si bien hay leyes respecto a la Telemedicina faltan detalles para su ejecución. De alguna manera la Telemedicina se impuso en la pandemia, cuando aparecieron las primeras plataformas. En este contexto, la Teledermatología surge en nuestro país desde el Hospital de Clínicas de la Universidad Nacional de Asunción, y luego es adoptada en los centros privados.
Definitivamente, debe seguirse trabajando en la legislación de la Telemedicina y afines, en especial, en todo lo vinculado a la protección de datos.
La Teledermatología ofrece beneficios a los pacientes tales como evitar traslados y tiempo de espera en el consultorio junto con muchos otros. ¿Hay alguna ventaja adicional en Paraguay?
Sí, porque en nuestro país hay pocos dermatólogos. Por eso, el uso de plataformas para Teledermatología permite hacer frente a la escasez de profesionales ya que éstos pueden atender a una mayor cantidad de pacientes.
¿Los dermatólogos deben capacitarse para trabajar en Teledermatología?
En realidad en Paraguay no hay un lugar formal para la subespecialidad. Yo me capacité en Chile y Argentina sobre telemedicina. Por ejemplo, aprendo mucho en Integrando Salud para sacarle el máximo provecho a la plataforma.
Yo insisto con este tema entre estudiantes de Medicina y profesionales de la salud porque se trata de una herramienta fundamental que ayuda al dermatólogo para el diagnóstico. Yo, por ejemplo, estoy atendiendo a pacientes que están en Alemania, Estados Unidos y otros países.
Es importante mencionar que, para un dermatólogo, capacitarse en Teledermatología implica el mismo tiempo que hacerlo en cualquier otra subespecialidad. Lo importante es que le gusten las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC).
¿Qué tipos de tratamientos de Dermatología se pueden realizar mediante Teledermatología?
Se puede hacer diagnóstico de acné, rosácea, psoriasis, entre otras. Y también se utiliza para hacer el seguimiento y el control evolutivo de todas estas patologías. Lógicamente hay cuestiones que no pueden atenderse por este medio, por ejemplo, no reemplaza la revisión de un lunar a nivel microscópico.
¿Cómo se garantiza la privacidad y seguridad de la información en las consultas de Teledermatología en Paraguay?
Cuando las plataformas que se utilizan son de calidad y están diseñadas especialmente para atender cuestiones médicas, siempre ofrecen el acceso a través de claves y contraseñas. Por eso es muy importante que los médicos no utilicemos Whatsapp, correo electrónico ni canales pensados para la comunicación cotidiana, porque acá estamos abordando cuestiones vinculadas a la salud.
¿Qué hay que tener en cuenta para garantizar la calidad en las consultas de Teledermatología?
Algo particular de esta subdisciplina es la necesidad de contar con buenas webcams y software de primera línea para que sean capaces de garantizar la calidad de la imagen. De la misma manera, las características del sistema de almacenamiento son relevantes porque este material debe guardarse y estar resguardado sin que disminuya la calidad de la imagen. De ahí también la importancia de elegir una plataforma de telemedicina adecuada tanto en calidad como a nivel de protección de datos.
¿Cómo analiza el presente y futuro de la Teledermatología?
La Teledermatología llegó para quedarse y se ha posicionado como una herramienta fundamental para la práctica médica. Los dermatólogos deben entender que se trata de una herramienta de apoyo y no de competencia. Incluso sirve para acortar los tiempos del diagnóstico, y eso impacta directamente en la calidad de vida del paciente y de todo el sistema de salud.